Pablo Urdangarin ha seguido los pasos de su padre, Iñaki Urdangarin. El ex duque de Palma logró una larga trayectoria en el mundo del balonmano, deporte en el que estuvo activo desde 1986 hasta el año 2000. Ahora, es su primogénito quien cada día demuestra en el terreno de juego la pasión y la destreza que ha desarrollado en este deporte desde que era tan solo un niño.
Desde hace 15 años se disputa la Super Globe y es la primera vez en la historia de este campeonato que un jugador del Barça marca un total de 12 goles en uno de sus partidos. Y tras esta hazaña se encuentra Pablo Urdangarin. El pasado martes, el nieto de Don Juan Carlos marcó la mencionada cifra de los 50 que metió el equipo en el que milita, logrando así un récord histórico con el que se ha convertido en noticia en diferentes medios de comunicación.
De esta manera, Pablo ha logrado su mayor éxito deportivo en el marco de esta competición que se está celebrando en Arabia Saudí.
El sobrino del Rey Felipe y la Reina Letizia se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los integrantes de la Familia Real española que más simpatía ha despertado. Su naturalidad y sencillez han hecho que su imagen sea de lo más positiva en todos los aspectos. Por otro lado, aunque en el terreno profesional no le puede ir mejor, lo cierto es que en el ámbito personal está viviendo una situación un tanto delicada.
Fue a principios de este año cuando se publicaron unas imágenes de su padre en actitud cariñosa con una mujer que no era su madre. Se trataba de Ainhoa Armentia, con quien Urdangarin mantiene un romance desde entonces. A los pocos días de salir este detalle a la luz fue el todavía matrimonio el que emitió un comunicado en el que expresaron que interrumpían su “relación matrimonial”. Como era de esperar, tanto los protagonistas de esta historia como sus hijos se colocaron en el foco de toda la atención.
Pese a la mencionada situación a la que tiene que hacer Pablo Urdangarin, cuando los medios le han preguntado, se ha mostrado relajado y siempre ha respondido con educación y una sonrisa. Una actitud completamente diferente a la que toma su prima, Victoria Federica, quien no mantiene una buena relación con la prensa.
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