Entre ellas hay niños y mujeres embarazadas, que permanecen en campamentos improvisados sin agua potable ni comida. Las autoridades polacas aumentan el despliegue de fuerzas para controlar su cruce
Las fuerzas de seguridad en Polonia se desplegaron este jueves para sellar la frontera oriental de la nación en medio de una lucha migratoria con Bielorrusia y al mismo tiempo proteger la capital y otras ciudades durante las marchas del Día de la Independencia organizadas por grupos de extrema derecha que se volvieron violentos en el pasado.
Polonia se ha opuesto desde el verano al creciente número de refugiados y migrantes que intentan ingresar al país desde Bielorrusia. La frontera entre Polonia y Bielorrusia también forma parte de la frontera oriental de la Unión Europea, y la UE acusa al régimen de Bielorrusia de fomentar la migración ilegal para crear inestabilidad en Occidente.
El enfrentamiento político adquirió un mayor alcance esta semana cuando un gran grupo de solicitantes de asilo, la mayoría de ellos del Medio Oriente, llegó a la frontera.
Algunos intentaron abrirse paso a la fuerza, y cientos, posiblemente miles, permanecen en campamentos improvisados con temperaturas bajo cero, lo que agrava las preocupaciones humanitarias.
Kaja Filaczynska, una médica polaca que trabaja con el grupo voluntario de trabajadores médicos de su país Border Aid, dijo en declaraciones a CNN que han estado tratando a migrantes, incluidas mujeres embarazadas y niños, por hipotermia, deshidratación, hambre, intoxicación alimentaria y heridas en los pies que alguna vez se vieron en soldados que luchaban en las trincheras.
“Sería impensable hace unas semanas para mí como profesional médico que en el siglo XXI haya niños y mujeres y mujeres embarazadas en medio del bosque en la civilización occidental y que estén sufriendo no por alguna grave enfermedad que padecen, sino por el frío, porque no tienen agua potable y no tienen comida“, explicó.
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